
Según la FAO, el desperdicio alimentario ronda cada año la cifra de 1.300 millones de toneladas de alimentos. Solo en España, 7,7 millones se desechan anualmente. Mientras, en América Latina, el volumen asciende a 127 millones. En respuesta a ello, la concientización social y empresarial en favor de la sostenibilidad se ha desdoblado en fórmulas que van desde charlas o talleres hasta acciones cotidianas de economía circular.
De hecho, recientemente, ha aterrizado en Argentina la app Cheaf, un proyecto ya en funcionamiento en Chile y México para el rescate alimentario. De forma similar, muchas combinan lo lúdico con el compromiso social y es que salvar comida, en estos casos, puede tener muchas recompensas, más allá de su impacto positivo en la lucha contra el cambio climático. A modo de aplicaciones que aprovechan la tecnología para conectar excedentes con consumidores conscientes, funcionan estas 5 iniciativas exitosas contra el desperdicio alimentario.

1. Too Good To Go (España y América Latina)
Nacida en Dinamarca, Too Good to Go es probablemente uno de los principales referentes en el concepto a nivel mundial. Su filosofía es la de conectar a usuarios con restaurantes, panaderías y supermercados que ofrecen “packs sorpresa” con excedente del día a mitad de precio o descuentos considerables.
La dinámica es reservarlos digitalmente y recogerlos en un horario fijado en el comercio, o pedir envío a domicilio. La idea es beneficiar a todas las partes: los negocios recuperan parte de sus costes, mientras, los consumidores acceden a comida de calidad con descuento y el medioambiente respira con menos CO₂ generado.

2. Cheaf (Argentina, México y Chile)
Tal como anunciamos antes, la startup mexicana Cheaf sigue ganando terreno. Con igual modelo de marketplace, la app ya tiene más de 350.000 descargas y 200 tiendas activas en su nuevo destino, Argentina, en ciudades como Buenos Aires, Mendoza o Rosario y ha evitado el desperdicio total desde sus inicios de más de 5.500 toneladas de alimentos, provenientes de supermercados, panaderías, restaurantes e incluso almacenes, se desperdicien, lo que ha permitido reducir más de 14 millones de kg de emisiones de CO₂.
Además, ha sido adoptada en programas gubernamentales como el Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos en Argentina. Busca, así, apostar por minimizar las estadísticas de desperdicio en el país donde alcanza los 16 millones de toneladas de alimentos por año. Hasta el momento, Cheaf ha logrado reducir entre un 20% y un 50% de las mermas de alimentación.
3. Encantado de Comerte (España)
Cinco ciudades españolas impulsan otra iniciativa que tiene,en este caso, un énfasis solidario. Encantado de comerte se basa en la economía circular de proximidad, bajo el mismo principio de oferta-demanda, aunque con la diferencia de filtrar por tipo de alimento y establecimiento.
Actualmente funciona en Madrid, Zaragoza, Logroño, Santiago de Compostela y Vitoria, de la mano de ONGs como Cáritas y CEAR, canalizando excedentes hacia personas vulnerables.
4. Phenix (España)
El recorrido de Phenix ha tomado sobre todo Europa. En España se incluyen ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao y Sevilla. No existen grandes cambios en su lógica, aunque si hay un punto que les concede cierta ventaja es la posibilidad de elegir dieta alimentaria así como el otorgamiento de premios de fidelización a los usuarios recurrentes.
5. Bene Bono (España)
De todas ellas, Bene Bono es la más joven de las aplicaciones del sector y su eje son las frutas y verduras que se desechan por “imperfecciones en su aspecto”. Opera a domicilio en seis ciudades españolas: Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Zaragoza, Bilbao y Vitoria.
Se trata de una iniciativa muy redonda: defiende un consumo saludable a la vez que reduce el desperdicio, apoya a agricultores locales y promueve el consumo de productos de proximidad, sin renunciar a la calidad.