¿Queso en tu café? Así es el Kaffeost

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Gabriela Sánchez
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café con queso

Nunca es suficiente el queso rallado sobre la pizza o la pasta, pero a pocos apasionados del queso les pasaría por la mente mezclar el café con queso…¿Raro? ¿exótico? Para los escandinavos (e incluso algunas regiones de Iberoamérica) no tanto.  Se trata de una de las recetas tradicionales de la gastronomía nórdica, quienes pensaron que si aceptamos sin reparos un café con leche, ¿por qué no atreverse a sustituir ese lácteo por otro con tanta personalidad como el queso?

La clave de esta unión está en el contrasteEl amargor del café potencia los matices cremosos, salados o dulces del queso, mientras que la grasa láctea suaviza la acidez y da una textura más redonda al paladar. Algo similar a lo que sucede en el maridaje de vino y queso. Por eso no se trata de mezclar cualquier variedad de café con cualquier tipo de queso, sino de encontrar el equilibrio perfecto.

La fusión suele  ser entre cafés de sabor intenso, como los de Asia-Pacífico con quesos que no fueran demasiado fuertes —especialmente los azules— puesto que pueden dominar por completo la experiencia.

¿Qué quesos le funcionan al café?

  • Quesos con hierbas aromáticas: intensifican el aroma del café sin restarle protagonismo.
  • Gouda añejo: suele armonizar muy bien con cafés de acidez marcada.
  • Quesos curados: el café suaviza sus notas intensas, logrando un balance sorprendente.
  • Brie o Camembert: su cremosidad se realza con cafés suaves y ácidos.
  • Emmental o Raclette: ligeros y elásticos, combinan de maravilla con cafés oscuros de tueste fuerte.

Además, algunos postres populares ya exploran esta pareja, como el tiramisú —con queso mascarpone y café— o la tarta de queso con café, que demuestran que ambos ingredientes pueden convivir en armonía.

La  tradición escandinava del café con queso o Kaffeost

Esta costumbre gastronómica tiene su origen en Finlandia y Suecia. Conocido como Kaffeost, consiste en añadir cubos de juustoleipä, un queso horneado de leche de reno (aunque también puede hacerse con leche de vaca o cabra), directamente en la taza de café caliente. El resultado es la absorción de los trozos en la bebida sin deshacerse del todo, ofreciendo una experiencia única en materia de textura y sabor.

No obstante, los franceses también han cultivado su propia versión, en este caso con un trozo de Maroilles, un queso cremoso y de olor penetrante, que incluso se utiliza como “cucharilla” para remover la bebida. Esto es típico del norte del país. Mientras, a Puerto Rico y México también ha llegado con fuerza hasta convertirse en una costumbre popular, donde se agrega un trozo de queso blanco o "queso de bola" al café caliente.

Lo mejor es que no pretende parar. El café con queso apunta a ser una tendencia gastronómica en expansión e incluso a mezclarse el café con otros productos poco convencionales. Igual que en su momento se normalizó el café con mantequilla o aceite de coco llamado Bulletproof Coffee, el café con queso está demostrando que puede ser mucho más que una curiosidad exótica.

¿Quién sabe lo que nos puede deparar un espresso con Gouda o un latte con Brie? Hay que dejarse sorprender.

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