Si hay un Starbucks atípico -e incluso un café en general- en el mundo, será el que se halla en Langley, Virginia. Google Maps no te lo revelará, aunque, en realidad, no esperaríamos menos. Se trata de un establecimiento de la cadena en el interior de la sede de la CIA.
Comienza así lo que podría llamarse la misión encubierta: Cafeína.
El local es conocido informalmente como “Store Number 1”, el primer guiño al secretismo de la instalación. Lo segundo es que aquí ningún barista nunca gritará tu nombre. Y no es porque tenga mal oído, sino porque no puede saberlo.
La oferta incluye desde capuchinos y muffins o cualquier otro café clásico de la carta de Starbucks habitual. Pero, no se reparten vasos con nombres mal escritos, ni se cobra con la app. El café se sirve bajo vigilancia y acuerdos de confidencialidad…¿Un cortadito para el agente 007? Mejor ni preguntar.
Café al estilo CIA
De hecho, los empleados de este Starbucks pasan un proceso de selección tan riguroso como cualquier operativo de alto nivel. No porque el café requiera entrenamiento especial, sino porque la discreción es sagrada. Saber qué preguntar –y más importante aún, qué no preguntar– es parte del protocolo.
La principal regla es no anotar nombres en los vasos, para proteger identidades. No obstante, algunos empleados dicen haber servido a figuras clave del aparato de inteligencia estadounidense… pero sin saber jamás sus nombres, rangos o destinos.
En cuanto al pago tampoco se permite hacerlo a través de la app oficial de Starbucks, por lo cual tampoco hay recompensas, ni puntos, y es que, en realidad, aquí nadie busca puntos, solo una dosis de cafeína que no comprometa la seguridad nacional.
Aunque lo más sorprendente de todo es que contrario a lo que muchos pudiéramos creer, este Starbucks es uno de los más activos de Estados Unidos, con largas colas en horas pico y mucho silencio. Así que si alguna vez te has preguntado por la pausa para el café en las oficinas más discretas, ya sabes cómo se hace en el top. Aunque ahora la pregunta que se impone es: ¿qué beben los espías? ¿Son más de americano negro, de flat white, de cold brew? Pero, claro, nadie te lo va a contar.
