“Milana son varias cosas, pero sobre todo, es cerveza artesana”, así empezaba nuestra conversación con Marcos Gómez, cofundador de Cerveza Milana, en la última jornada de Salón Gourmets 2025. Mientras todos recogían a nuestro alrededor, Gómez nos explicaba que esta marca vallisoletana nace como un reto y una respuesta al inconformismo. Quien dejó su carrera Madrid para volver al pueblo, a Valladolid, a dedicarse, junto a su hermano y un grupo de amigos, a lo que realmente le apasiona: crear cerveza artesana única y exclusiva.
Soñar de nuevo: una cerveza sin límites
Parece un decir, pero realmente Milana tiene un aire distinto, apasionado diríamos. Cerveza Milana nace fruto de la unión de unos amigos que invirtieron sus ahorros para levantar una pequeña fábrica a las afueras de la ciudad. Desde allí, elaboran recetas propias de cerveza de autor, así como ediciones especiales para bares y restaurantes que solicitan un perfil exclusivo.
“Hemos hecho desde cervezas ahumadas para asadores, hasta cervezas picantes para restaurantes mexicanos”, comentaba Gómez, orgulloso de su enfoque personalizado y del vínculo tan estrecho que establecen con la hostelería local y nacional.
Uno de los sellos distintivos de Milana es su estética. Sus etiquetas coloridas y creativas captan la atención desde el primer vistazo, y cada variedad es una invitación a descubrir un nuevo mundo de matices.
Cervezas con identidad: diseño, territorio y mucho sabor
Marcos no le quita valor a la capital. En Madrid, con su hermano, tenían esos “puestos soñados”, a los que acudes con traje y te vas con un sueldo quince veces mayor, citaba Gómez a su padre. Precisamente por ello, decidió volver a la casa familiar y montar no solo una fábrica sino un bar especializado con 14 grifos de cerveza distintos y cantidad de referencias en el centro de Valladolid.
“Cogimos los ahorros que teníamos y entre 20 amigos montamos la fábrica”, contaba Gómez con la suficiencia de quien se siente realizado.
Para Milana, buscar su esencia en la provincia les ha funcionado, ya que también llevan un Festival de Cerveza y Música - El Milanito - que recibió el año pasado entorno a 100.000 personas como la opción perfecta para quienes buscan refugiarse del calor en cerveza, música y naturaleza, con actuaciones de grupos como Celtas Cortos, Veintiuno o The Toy Dolls.
Cerveza con vino, café o chile; ideas vallisoletanas
Si hablamos de Valladolid gastronómica, lo primero que se nos viene a la mente será el vino y una espectacular Milla de Oro con miles de bodegas y referencias vinícolas. Eso no frenó a Milana, que decidió irrumpir en el panorama con su cerveza con vino. En colaboración con la cooperativa Cuatro Rayas, mezclan una lager con mosto blanco de vendimia nocturna D.O. Rueda.
“Estamos flipando, encargaron 1.000 litros y no han llegado ni al mercado”, contaba Gómez, aludiendo al éxito inmediato de esta referencia y al perfil distintivo de Milana.
También elaboran cervezas con café de especialidad proveniente de Etiopía, Guatemala o Panamá; ediciones con chile ahumado, e incluso con cacao en colaboración con Chocolates Maykhel. Innovación sin perder de vista el paladar.
Milana son cervezas de estilo y de vida
Gómez asegura que las cervezas de La Milana acompañan momentos. Lo que empezó como un cambio radical de estilo de vida, hoy es una marca consolidada que representa el valor de lo local, el compromiso con la calidad, y una forma alternativa de hacer empresa desde la autenticidad.
Ya sea en una tarde de verano en Valladolid, en una taberna de Madrid o en cualquier rincón del mundo, Milana demuestra que la buena cerveza -artesana- no solo se bebe: se vive.
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