
Giorgio Armani fue muchas cosas. La principal: un genio de la moda. Pocos como él, sin necesidad de comparaciones, aunque sí entre los padres creadores de la ropa moderna y del estilo elegante casual. Sin embargo, fue más allá y emprendió también un viaje por la cocina, con Armani Ristorante y el Emporio Armani Caffè de París, que pronto se convirtieron en un imperio de 20 restaurantes repartidos en cuatro continentes.
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Armani en París: donde se encuentran la moda y la gastronomía
Situados en el corazón de París, la ciudad de la moda, del amor y de las luces, los espacios de restauración de Armani son una experiencia de lujo que fusiona moda y gastronomía en una estética sin igual.
Al igual que el mundo de la moda en los vigorosos 90, Armani no podía faltar en la vida nocturna parisina. Aun hoy, en su centro parisino, cada jueves se celebran fiestas elegantes con un invitado especial: un DJ que hace vibrar la sala con música techno de vanguardia.

Estrella Michelin en la moda
La visión de Armani no solo lo reconoció como pionero entre los diseñadores, sino que también lo llevó a conquistar el máximo reconocimiento gastronómico en París: una estrella Michelin. A cargo del Armani Ristorante se encuentra el chef siciliano Massimo Tringali, quien propone una sofisticada cocina italiana en pleno centro parisino.
Tringali trabaja con Armani desde 2016, aunque llegó a París en 2001 con una maleta llena de sabrosos sueños sabor que pronto se moldearon con estilo. Tan solo dos años después, el restaurante obtuvo su primera estrella Michelin.
¿Dónde están los Restaurantes Armani en el mundo?
China, Japón e India
Alemania, Francia e Italia
Estados Unidos
Catar y Emiratos Árabes Unidos
Armani, un imperio del negocio
Desde su fundación en 1975, la firma Giorgio Armani se consolidó como un verdadero imperio de negocios. El diseño fue siempre su buque insignia, pero de allí nacieron nuevas ramas: Armani Casa, Armani Beauty, Armani Ristorante y Armani Hotels.
El sello Armani se reconoce por el rigor formal y el minimalismo, donde la discreción es la mayor arma de un triunfo atronador.