

En una ciudad donde la oferta gastronómica no deja de crecer, Eduard Ros ha logrado destacar con BisAVis, un restaurante que combina técnica, sensibilidad y una conexión directa con el comensal.
El chef, que antes dirigía una pequeña barra en la calle Tavern, ha encontrado su hogar en el Eixample barcelonés, donde despliega una propuesta íntima y sincera: una cocina sin artificios, con alma y con el cliente a pocos centímetros.

Un concepto íntimo: cocinar cara a cara
El nuevo BisAVis es un espacio reducido y elegante: paredes granates, una barra para nueve personas, una mesa para cinco y una bodega con más de 700 referencias.
Aquí, Eduard Ros lo hace todo, cocina, servicio y sumillería, en un ejercicio de control, equilibrio y cercanía que define su filosofía.
“Me gusta la gente, pero no me gusta trabajar con gente”, bromea el chef, antiguo abogado laboralista, que ha encontrado en esta soledad creativa su forma más pura de libertad.
Cada plato, servido directamente por él, nace de una reflexión sobre el producto y la temporada. Minimalismo logístico, pero también minimalismo emocional y técnico, donde nada sobra.
La filosofía de Eduard Ros: diálogo, producto y emoción
Eduard decidió emprender con BisAVis un proyecto en el que pudiera expresar sin filtros su manera de entender la gastronomía.
Para él, cocinar es dialogar: con el producto, con el territorio y con el comensal. De ahí el nombre del restaurante, BisAVis, cara a cara, que resume su manera de trabajar: una experiencia directa y transparente, sin intermediarios.
Aquí no se busca impresionar, sino emocionar con honestidad. Cada plato resalta la temporalidad, el respeto a la materia prima y una ejecución técnica precisa, con el sello personal de quien conoce bien los límites y las posibilidades de su cocina.
Una carta que evoluciona con las estaciones
La carta de BisAVis cambia constantemente, adaptándose a los productos de cada temporada.
Entre los favoritos destacan:
- La brandada de bacalao con morro, sin patata ni lácteo, pura textura y sabor.
- La ensaladilla con mayonesa de azafrán, sutil y elegante.
- La butifarra del Perol con vieira, equilibrio entre mar y bosque.
- Los pulpitos con papada ibérica, uno de los bocados más celebrados.
- Y postres singulares, como la panna cotta con caviar, que descoloca y seduce al mismo tiempo.
El formato de menú degustación único permite al comensal dejarse llevar por un recorrido guiado que combina producto, tradición, técnica e innovación.
El espacio y la experiencia
El local, situado en el Eixample, mantiene un ambiente sobrio y elegante, con una estética que refleja la filosofía de Ros: equilibrio, cercanía y autenticidad. Aquí no hay espectáculo, sino conversación.
El cliente no solo come: observa, pregunta, participa.
La experiencia fluye al ritmo del servicio personalizado del propio chef, quien cocina, sirve y comenta cada plato. En tiempos de ruido y ostentación, BisAVis propone silencio, proximidad y verdad.

Una bodega que cuenta historias
La bodega, con unas 700 referencias cuidadosamente seleccionadas, es uno de los pilares del proyecto.
Eduard apuesta por vinos del Piamonte, Borgoña, Loira y Champagne, que son las zonas que más le gustan, sin renunciar a etiquetas de vinos catalanes y españoles, que amplían el diálogo con el plato.
Más que una lista interminable, busca armonías naturales: vinos que acompañen y amplifiquen la experiencia gastronómica.
Un proyecto con alma y autenticidad
Con BisAVis, Eduard Ros demuestra que todavía hay espacio en Barcelona para los proyectos personales con identidad.
Su cocina es honesta, íntima y profundamente reflexiva: habla de producto, memoria y creatividad desde una sencillez estudiada.
Cada pase, cada gesto, cada copa servida por el propio chef tiene el valor de la autenticidad.
BisAVis no es solo un restaurante: es el lenguaje culinario de Eduard Ros, donde tradición y contemporaneidad se sientan cara a cara.







