
En la carrera por la alimentación saludable en redes sociales un nuevo concepto (aunque no tan nuevo) está ganando fuerza: la dieta antiinflamatoria. Como su nombre lo indica se refiere a un estilo nutricional que busca reducir la inflamación crónica en el organismo y que, por supuesto, existe desde siempre.
Su boom lo ha encontrado, una vez más, en vídeos virales de influencers. La buena noticia es que en este caso su fundamento científico es real y efectivo, porque aun cuando la inflamación en sí no es negativa, sino la respuesta natural del cuerpo para defenderse frente a infecciones o lesiones, el problema viene cuando esta reacción se vuelve permanente, con un consecuente desgaste de los tejidos y órganos.
Así, con la alimentación correcta se puede modular la respuesta inflamatoria y prevenir enfermedades como la diabetes tipo 2, problemas cardíacos, artritis, trastornos digestivos e incluso algunos tipos de cáncer.
Alimentos clave en la dieta antiinflamatoria
La base de esta dieta es sencilla: priorizar alimentos frescos, ricos en fibra, antioxidantes y grasas saludables, y reducir los ultraprocesados. Estos son algunos de los más recomendados:
- Frutas y verduras: especialmente arándanos, espinacas, brócoli o zanahorias.
- Pescado azul: salmón, sardinas, caballa, ricos en ácidos grasos omega-3.
- Cereales integrales: arroz integral, avena y quinoa, los cuales regulan la glucosa y aportan fibra.
- Frutos secos y semillas: almendras, nueces, semillas de chía o lino, con grasas saludables y antioxidantes.
- Legumbres: lentejas, garbanzos o frijoles, buenos para una microbiota intestinal equilibrada.
- Grasas saludables: aceite de oliva virgen extra y aguacate.
- Especias y hierbas: cúrcuma, jengibre, ajo o canela, potentes aliados naturales contra la inflamación.
- Probióticos: yogur, kéfir o chucrut, que fortalecen la flora intestinal.
Alimentos que conviene evitar
No obstante, es tan importante lo que se incluye en la dieta como lo que se debe evitar. En estos últimos se hallan: carnes rojas en exceso, alimentos ultraprocesados, embutidos, precocinados, harinas refinadas, pan blanco,arroz blanco, azúcares añadidos, bollería industrial, grasas trans y fritos, alcohol así como el exceso de cafeína.
Beneficios de la dieta antiinflamatoria
Entre los principales efectivos positivos de este tipo de alimentación están los marcadores inflamatorios reducidos, los cuales disminuyen los niveles de (proteína C reactiva) e interleucina-6, mejoras al control de la presión arterial y del colesterol, reduce el riesgo de infartos, favorece la sensibilidad a la insulina y previene la diabetes tipo 2, así como beneficios para aliviar la artritis reumatoide o dolencias relacionadas.
A corto plazo, también se perciben mejoras en la digestión, más energía, sueño reparador y una piel más saludable. Pero, más allá de la dieta, hay hábitos que ayudan, por ejemplo:
- Buena hidratación.
- Práctica regular de ejercicio y de actividades relajantes como yoga o meditación
- Dormir al menos 7-8 horas de calidad.
Cada pequeño cambio en la mesa y en el estilo de vida en general cuenta. El resultado será un cuerpo con más energía, menos molestias y un menor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.