
Pelar una naranja es un gesto cotidiano que solemos hacer casi sin pensar: retiramos la piel, desechamos la parte blanca y disfrutamos del interior. Sin embargo, al hacerlo, estamos desperdiciando una de las zonas más nutritivas de la fruta. Esa capa blanca que se encuentra bajo la piel se llama albedo, y concentra una gran cantidad de beneficios para la salud.
Te recomendamos leer: Naranja, mandarina y clementina: claves para diferenciar los cítricos
El albedo: un tesoro escondido dentro de la piel de la naranja
La naranja es una de las frutas más completas que existen. Rica en vitamina C, flavonoides, carotenoides y folatos, contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunológico, protege el corazón y favorece el desarrollo celular. Pero buena parte de esas propiedades también se encuentran en el albedo, por lo que eliminarlo reduce su valor nutricional.
El albedo destaca especialmente por su alto contenido en fibra prebiótica, que nutre la microbiota intestinal, y por sus niveles de pectina, capaces de ayudar a regular la glucosa en sangre y reducir el colesterol LDL (conocido como “colesterol malo”). Además, contiene compuestos fenólicos hasta 20 veces superiores a los presentes en los propios gajos.
Un ingrediente gourmet escondido pero apreciado por los grandes chefs
Aunque su sabor amargo lleva a muchos a retirarlo, el albedo se ha convertido en un ingrediente de interés gastronómico. Chefs como Ferran Adrià, Rodrigo de la Calle, Paco Roncero o Marcos Morán lo aprovechan en sus creaciones, suavizando su amargor mediante técnicas como su disolución en agua o su uso en preparaciones dulces como la piel de naranja confitada.
En definitiva, la próxima vez que peles una naranja, piensa dos veces antes de desechar su parte blanca: detrás de su amargor se esconde un concentrado natural de salud y sabor.
Puedes leer: Que el gluten no te pare: 4 recetas aptas para celiacos








