Vino sin alcohol, verdades a medias

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Redacción Excelencias Gourmet
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vino sin alcohol ¿es vino?

Hay palabras que usamos por comodidad, aunque sepamos que no son exactas. "Vino sin alcohol" es una de ellas. Basta con que uno lo escuche en una tienda o lo lea en una carta de vinos para aceptar su existencia sin levantar ceja. Pero, ¿estamos hablando de vino en sentido estricto? La respuesta es un no matizado. Y ese matiz está en el centro de un debate cada vez más relevante.

¿Qué dice la ley del vino?

La Unión Europea y la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) son claras: solo se puede llamar vino a la bebida obtenida por fermentación total o parcial del mosto de uva, que contenga como mínimo un 8,5% de alcohol por volumen (en algunos casos, 9%). Todo lo que esté por debajo de ese umbral, incluso si proviene del mismo proceso y de las mismas uvas, no puede legalmente etiquetarse como vino.

De ahí surgen términos como bebida desalcoholizada, “alternativa a base de vino” o “vino sin alcohol añadido”, que intentan mantener una conexión emocional con el producto original sin incumplir la normativa.

"Llamar vino a lo que no lo es banaliza siglos de tradición y confunde al consumidor."

Esto no es una cuestión menor. Aceptar estos términos sin reflexión puede inducir a error, debilitar la cultura enológica y abrir la puerta a estrategias de marketing poco rigurosas. Aun así, algunos defienden que el lenguaje evoluciona, que el consumidor ya sabe lo que compra y que estas restricciones son excesivas. La tensión está servida.

La técnica detrás del concepto vino sin alcohol

La llamada bebida desalcoholizada no es un zumo de uva. Se elabora como cualquier otro vino tradicional: fermentación del mosto, crianza opcional, afinamiento. La diferencia es que, al final del proceso, se aplica una técnica para eliminar el alcohol.

Los tres métodos más habituales para desalcoholizar vino son:

  • Destilación al vacío: reduce la presión para evaporar el alcohol a baja temperatura (30-35 °C), preservando los aromas.
  • Ósmosis inversa: separa el alcohol y el agua del resto del vino mediante membranas filtrantes. Luego se reconstituye la bebida sin alcohol.
  • Arrastre por vapor: utiliza vapor para extraer el alcohol, aunque puede afectar negativamente a los compuestos aromáticos más delicados.

"Quitar el alcohol sin quitar el alma: ese es el reto de la enología desalcoholizada."

El resultado puede parecerse sensorialmente al vino, pero sin su textura alcohólica ni su complejidad aromática. Algunas marcas han logrado perfiles notables, especialmente en vinos blancos y espumosos. Otras aún están lejos de convencer al paladar más exigente.

Una tendencia que avanza demasiado deprisa

¿Por qué entonces triunfa el vino sin alcohol? Porque responde al auge del mindful drinking, o consumo consciente: una forma de beber menos, mejor y con más intención. Embarazadas, conductores, deportistas, personas mayores o quienes simplemente no desean alcohol encuentran en estas bebidas una alternativa que mantiene el gesto del brindis sin el efecto del etanol.

"Aceptamos pulpo como animal de compañía, y ahora también aceptamos vino sin ser vino."

Y sin embargo, hay algo que inquieta: la velocidad con la que aceptamos ciertos conceptos sin detenernos a pensar. En nombre de lo saludable, lo nuevo o lo inclusivo, muchas veces damos por válida cualquier etiqueta, sin analizar su legitimidad. ¿De verdad todo lo que no tiene alcohol, pero proviene del vino puede llamarse vino?

No es vino, el vino sin alcohol

Llamar a las cosas por su nombre es importante. “Vino sin alcohol” puede ser un recurso comercial útil, pero no es legalmente correcto. Estas alternativas sin alcohol no son una amenaza para el vino tradicional, sino un reflejo de una sociedad que quiere consumir con mayor libertad, salud y consciencia. Pero eso no justifica diluir el lenguaje.

"Lo que se gana en accesibilidad no debería perderse en precisión."

El verdadero reto no está solo en cómo las bodegas elaboran estas bebidas, sino en cómo las comunicamos. ¿Queremos una cultura del vino amplia, diversa e inclusiva? Perfecto. Pero construyámosla sobre bases sólidas, no sobre concesiones apresuradas.

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