Vivimos con prisas incluso cuando salimos a comer. Este artículo de opinión reflexiona sobre el trato en los restaurantes de verano, los camareros que lo dan todo y la necesidad de recuperar la empatía, la paciencia y el respeto por quienes trabajan en sala.
La tecnología ha mejorado la restauración, pero ¿por qué ya nadie atiende el teléfono? ¿Y qué perdemos cuando desaparece la voz humana?
Un servicio de clase 360 grados comienza antes de llegar el cliente al restaurante, continúa durante su experiencia en el mismo y lo más importante es el seguimiento posterior a su visita.
¿Le ha sucedido alguna vez que a pesar del delicioso platillo que consumió en un restaurante finalmente se sintió insatisfecho? Analicemos algunas causas...
Tan decisivo y principal es el saber ser recibido como el saber recibir. Tengo la sensación de que ponemos todo el énfasis bajo el gordo dedo del restaurante como conjunto/equipo que recibe y tratamos de soslayo y pasamos de puntillitas sobre el obeso mundo de quien es recibido, el del comensal y su saber ser recibido.












