Los probióticos tienen un impacto muy positivo en la salud intestinal. Te adelanto que no hay que buscarlos en los medicamentos, sino en productos del día a día, que a veces consumimos sin conocer sus potencialidades. Es el caso de los yogures, chucrut y kéfir, los mejores aliados para la digestión y el sistema inmunológico.
El yogur helado sigue siendo un éxito, reinventándose con opciones más saludables, toppings innovadores y sabores sorprendentes.
Sus efectos positivos sobre la piel, su papel como aliado de las digestiones ligeras, su contenido en bacterias saludables… Los mitos desarrollados en torno al yogur son muchos. ¿Y son ciertos?
El yogur es uno de los alimentos más comunes y versátiles, ya sea para consumir como snack, como postre o en la cocina, y se ha convertido en un básico dentro de una alimentación saludable. Sin embargo, como sucede con todos los alimentos populares de consumo diario, sus beneficios nutricionales no son del todo conocidos, llegando a surgir mitos alrededor de ellos.
La leche, los yogures y los productos lácteos son parte esencial de una alimentación equilibrada y saludable. Con la llegada del verano muchas personas de diferentes edades suelen sufrir pérdida de apetito y muchos de estos productos pueden ayudarlos a cubrir sus necesidades nutricionales y de hidratación, gracias al importante componente de agua que contienen.
Natural o saborizado, cremoso o líquido, de aperitivo o simplemente como ingrediente de una receta, el yogur ha devenido uno de los elementos esenciales de nuestra dieta diaria, gracias a sus propiedades nutritivas e inconfundible sabor.
El origen del yogur se sitúa en Turquía aunque también hay quien lo ubica en los Balcanes, Bulgaria o Asia Central. Se cree que su consumo es anterior al comienzo de la agricultura. Los pueblos nómadas transportaban la leche fresca que obtenían de los animales en sacos generalmente de piel de cabra.
El calor y el contacto de la leche con la piel de cabra propiciaban la multiplicación de las bacterias ácidas que fermentaban la leche convirtiéndola en una masa semisólida y coagulada.