

Una creación compartida por Joe Burgerchallenge desata una ola de reacciones entre el asombro, la risa y la crítica. ¿Hasta dónde puede llegar la creatividad gastronómica?
El mundo de la gastronomía vive un momento vibrante. Entre la tradición y la provocación, cada semana las redes sociales nos sorprenden con una nueva receta que desafía los límites de lo comestible… y de lo aceptable. Esta vez, la polémica tiene nombre: el arroz de hamburguesa.
La receta fue presentada por el creador de contenido y comedor profesional Joe Burgerchallenge a través de su cuenta de Instagram, donde acumula cientos de miles de seguidores. En un vídeo que supera las 200.000 reproducciones, Joe muestra un plato inédito: arroz con hamburguesa mezclada y servida como si de un arroz meloso se tratara.
“En este local han preparado el primer arroz con hamburguesa que me han preparado en mi vida”, comenta Joe junto a un miembro del restaurante.
Al parecer, el plato no forma parte del menú habitual, pero Joe lanza una propuesta directa:
“Cinco mil ‘likes’, y la dejan en carta para todo el público… Yo voy a seguir comiendo”.
Reacciones virales: entre la risa y la indignación
Las redes no han tardado en pronunciarse. Con más de 8.000 “me gusta” y casi 400 comentarios, el arroz de hamburguesa ha dividido a los usuarios: unos lo ven como un guiño divertido a la fusión contemporánea, otros como una aberración sin sentido.
“Dios nos ha abandonado”,
“¿Qué es lo siguiente, fideuá de nuggets?”,
“La gastronomía ha muerto otra vez”,
“Necesito terapia después de ver esto”,
son solo algunos de los comentarios que acompañan la publicación.
Los usuarios han mostrado su rechazo, sorpresa o humor ante la propuesta. Algunos claman por el regreso de la sensatez culinaria; otros la ven como una provocación.
Cuando lo gourmet se convierte en meme
Desde ramen con donuts hasta croquetas con sabor a pizza barbacoa, la cocina viral lleva tiempo jugando con nuestros referentes gastronómicos. Pero a diferencia de la alta cocina, que también experimenta con ingredientes y formas, este tipo de propuestas no buscan sofisticación ni técnica, sino viralidad.
Este tipo de elaboraciones extremas no persiguen tanto el deleite del paladar como el impacto visual. En la era de TikTok e Instagram, lo que cuenta no es solo el sabor, sino el asombro inmediato.
Para muchos chefs, esta tendencia genera una preocupación legítima: se banaliza la cocina, se enturbia la relación con el producto y se alimenta una cultura de lo “estrambótico” por encima del buen gusto. Para otros, es simplemente una evolución lúdica y efímera, una forma de expresión más dentro del amplio universo de lo culinario.
¿Acabará en carta?
De momento, el arroz de hamburguesa sigue siendo un experimento entre bastidores, pero si la publicación alcanza los cinco mil “me gusta”, podría pasar a formar parte del menú oficial. ¿Lo pediría alguien más allá del influencer?
Quizá sí. Quizá no. Pero en una era en la que los límites entre comida, contenido y comunidad se desdibujan, el arroz de hamburguesa no es el fin de la gastronomía… sino una muestra más de cómo ha cambiado la forma de entenderla.
Y nos guste o no, demuestra que hoy, la cocina también se cuece en las redes.