

Tomar un café puede que ya no sea siempre un plan tan “tranqui”. Lo que a menudo podría significar una conversación distendida entre colegas, o reuniones rápidas, hoy cobra una nueva acepción: las coffee parties. Se trata de una tendencia en ascenso que indica que llevar una taza de café en la mano es tan motivador como una copa de Martini.
Las también llamadas coffee raves llegan con una premisa clara: sustituir el consumo de bebidas alcohólicas por espressos, cold brews y latte art compartido. Pero, no va de extravagancias o casos aislados, sino de la consolidación de un fenómeno cada vez mayor entre los jóvenes.
Ya lo advertían las estadísticas: la generación Z consume un 20 % menos alcohol que los millennials. Y, según Gallup, el número de adultos menores de 35 años que beben alcohol cayó del 72 % a principios de los 2000 al 62 % en la última década. La idea no es otra que: menos resacas, más experiencias conscientes.
¿Qué son las coffee parties?
Las coffee parties parten de una premisa sencilla: trasladar la energía de la fiesta a un formato diurno y sin excesos. En primera instancia, buscan evitar la resaca, por lo que su gran protagonista es el café de especialidad, y mocktails (cócteles sin graduación) acompañado de música electrónica, una buena conversación y por qué no, también baile.
El resultado es una fórmula exitosa: activar sin sobreestimular, socializar sin agotar, inspirar sin desordenar.
Cafecito para una fiesta diurna
Todo empezó en Estados Unidos, en Los Ángeles y Nueva York, y luego se extendió a Europa, primero a Londres, Luxemburgo, Cracovia o Bruselas y recientemente ha cobrado fuerza en Madrid y Ciudad de México.
La dinámica es convertir por unas horas cafeterías de especialidad en verdaderos clubes diurnos. Así, por ejemplo lo han hecho en España, negocios como Santanera Coffee o Sinfonía, donde ya organizan sesiones semanales con DJs y barra de café de autor. La propuesta no es del todo nueva, de alguna manera conecta con la fórmula del tardeo en cuanto a horarios, mientras en cuanto a “experiencias gastromusicales” lanza un guiño a otro concepto menos nuevo pero igual de popular: los hi-fi bars.
Por otro lado, los coworkings también se han sumado al movimiento. The Shed Coworking, en Madrid, organiza encuentros con baristas invitados y dinámicas de networking donde el café es el rey. No se trata solo de beber: se trata de construir comunidad.
Mientras, en redes sociales, especialmente en TikTok, los hashtags #CoffeeRave y #CoffeeParty acumulan miles de visualizaciones. Así, si hubiera que elegir una de las nuevas postales del ocio joven estarían bailando en una cafetería con latte en mano.
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Coffee parties en el ecosistema de consumo saludable
Tampoco es casualidad que estas fiestas surjan en paralelo al auge de las bebidas sin alcohol, mocktails, kombucha y bebidas funcionales. Todo es parte de un mismo entramado. Pero, el café tiene además un valor agregado: el de ser un símbolo arraigado universalmente como ritual cotidiano, motor de conversación, símbolo cultural, desde los persas hasta los salones parisinos.
Otra variante en auge son las Running Coffee Parties. Como lo indica su nombre, se trata de un concepto que apuesta por el deporte, el café y la socialización. Empieza con una carrera en grupo, en algunos casos pilates, y termina con una taza de café y música suave, aprovechando la energía y endorfinas generadas durante el ejercicio para suscitar un entorno propicio para el diálogo lo mismo entre amigos que desconocidos. De ahí que se haya vuelto tendencia también como práctica popular para conocer gente.
Hacerlo o no será cuestión de gustos, pero lo que sí tiene por certeza es la vivencia de una experiencia sana.







