Tortas locas: conoce la dulce locura malagueña

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Maria Carrasco Lloria
Torta loca de Málaga

En la Málaga de la posguerra, cuando los pasteles sofisticados se reservaban para unos pocos y otros muchos tan solo soñaban con tomar dulces, surgió un bocado asequible y lleno de alegría: la torta loca. Creada en los años cincuenta por Eduardo Rubio Cao, que, para colmo, llegó como futbolista del CD Málaga desde Barcelona, este dulce revolucionó la repostería local al ofrecer a las clases populares una delicia cremosa y de un llamativo color naranja.

Con el objetivo de complementar sus ingresos, ya que vivir del fútbol no era posible en aquella época, Rubio combinó dos discos crujientes de hojaldre con una suave crema pastelera y los cubrió con un glaseado naranja, rematado con una pequeña guinda. Inicialmente bautizado como “loco”, el nombre cambió a “loca” cuando sus aprendices, José Ruiz y María Jesús Fernández, abrieron su propio obrador en la calle Tejeros, convirtiendo a esta joven receta en un emblema para generaciones de malagueños.

Sabor a música y reclamo turístico con origen humilde

Pero la historia en este punto no había hecho más que comenzar. La denominación definitiva se inspiró en el éxito radiofónico de 1954, “A lo loco se vive mejor”, de Luisa Linares y los Galindos. El eco de aquella letra transmitía precisamente el espíritu de esperanza que necesitaba una sociedad marcada por la austeridad, y el colorido pastel pasó a simbolizar la frescura y la alegría de vivir.

Durante décadas, las tortas locas fueron un postre doméstico, íntimo y tan solo compartido por los malagueños con la boca pequeña. Hasta que algo ocurrió: Málaga se consolidó como el mega destino vacacional que hoy sigue siendo y aquellos dulces color naranja en los escaparates de todas las pastelerías locales comenzaron a despuntar. Hoy en día, existen versiones de las locas para todo: desde pequeños bocados, hasta helados e incluso cócteles. También en algunas cartas saladas pueden observarse guiños a estas tortas tan emblemáticas. 

Una receta intacta y un éxito global

A pesar de su popularidad, la fórmula original apenas ha variado: hojaldre, crema pastelera, glaseado naranja y guinda. Además, su bajo requerimiento de refrigeración ha permitido que viaje a otros países, llevando un pedazo de Málaga a mercados lejanos.

“La torta loca nació para saciar, no para impresionar”, recuerda Manuel Ruiz, actual gerente de Tejeros y heredero de aquella tradición surgida en 1950.

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Maria Carrasco Lloria