
El Siu Mai (o Shaomai) nació en Cantón, pero encontró en Panamá un segundo hogar. Su viaje comenzó en 1854, cuando los primeros trabajadores chinos llegaron al istmo con recetas, técnicas y una cultura culinaria que hoy forma parte del paisaje gastronómico panameño.
Del dim sum al “desayuno chino”: cómo se volvió cotidiano
La presencia china en Panamá, con fuerte raíz cantonesa, trajo el hábito del dim sum: mesas compartidas, té humeante y pequeños bocados al vapor. Entre ellos, el Siu Mai destacó por su sencillez —masa fina, relleno de cerdo o camarón, y vapor— y por su capacidad de adaptarse a nuevos ingredientes sin perder identidad.
Con el tiempo, esos desayunos de domingo saltaron del ámbito comunitario a la ciudad entera. Restaurantes tradicionales y fondas de barrio comenzaron a ofrecerlos, y el Siu Mai se volvió un clásico del desayuno panameño, símbolo de una convivencia cultural de más de siglo y medio.
Lo que antes se hallaba solo en comedores de la comunidad china pasó a los menús de la capital y, después, al resto del país. Hoy es común hablar de “desayuno chino” los fines de semana, con carritos que van y vienen entre mesas: har gow, bao, spring rolls… y, por supuesto, Siu Mai. Esa escena, repetida en numerosas familias, consolidó la idea popular de que “no hay nada más panameño que un buen dim sum”.
¿Por qué el Siu Mai se siente tan panameño?
La cocina panameña es curiosa por naturaleza: abraza lo propio y se atreve con lo ajeno. En esa línea de mestizaje reciente, algunos cocineros han reinterpretado el Siu Mai con ingredientes locales o técnicas de otras tradiciones. Entre ellos, el chef Javier Córdoba, fundador de UrbanSmoke House, ha presentado versiones con brisket y pulled pork, respetando el método al vapor y sumando notas ahumadas del asado americano. Es una fusión puntual que ilustra el espíritu explorador del paladar panameño sin desviar el foco histórico: el Siu Mai llegó con la migración y se quedó por cariño popular.
- Memoria migrante: resume 170+ años de encuentro entre comunidades.
- Ritual dominical: el “desayuno chino” es tradición de familias enteras.
- Versatilidad: admite variaciones sin perder su esencia al vapor.
- Identidad compartida: une té, mesa, conversación y bocado en un mismo gesto.
Tradición, costumbre y curiosidad han convertido al Siu Mai en un puente comestible entre Cantón y Panamá. Se sirva clásico o con toques locales, cada pieza cuenta la misma historia: la gastronomía también construye país.