
Suecia se ha posicionado recientemente como un país emergente en la elaboración de bebidas fermentadas a base de frutas. Entre ellas, el vino de mora destaca por su originalidad, sostenibilidad y sabor. Aunque los puristas del vino insisten en que solo la uva puede ostentar ese nombre, el auge de esta bebida demuestra que el consumidor actual valora la autenticidad y la innovación enólogica.
Rubus fruticosus: la mora como protagonista
Las moras silvestres, especialmente la variedad Rubus fruticosus, crecen en abundancia en las regiones del sur y centro de Suecia. Las condiciones climáticas de veranos breves y luminosos permiten una maduración lenta que favorece la concentración de azúcares y aromas, ideal para la vinificación. La vendimia manual garantiza la recolección de frutos en su punto óptimo.
De la bodega al paladar: elaboración artesanal y controlada
Una vez recolectadas, las moras se prensan suavemente y se someten a una fermentación en acero inoxidable o en barricas de roble, dependiendo del estilo buscado. El proceso de maceración es más prolongado que en los vinos de uva, lo que permite extraer mayor cantidad de color, taninos y compuestos aromáticos. El resultado es un vino de color púrpura profundo, con notas de frutas del bosque, especias y toques herbáceos.
Características del vino de mora sueco
- Color: púrpura intenso, casi opaco.
- Aromas: frutos rojos, vainilla, especias, bosque húmedo.
- Sabor: seco o semidulce, acidez viva, taninos suaves.
- Graduación alcohólica: entre 10–13º.
Se sirve a 12-16ºC y marida con platos de caza, quesos curados, estofados o postres con chocolate.
Skåne: la cuna del vino de mora ecológico
La región de Skåne, en el sur de Suecia, se ha convertido en un referente del vino de mora. Bodegas como Flädie Mat & Vingård o Köpings Musteri elaboran esta bebida con prácticas ecológicas y distribución limitada enfocada a mercados gourmet europeos y asiáticos. Además, muchas de estas bodegas abren sus puertas al enoturismo, ofreciendo catas, maridajes y experiencias gastronómicas.
Vino de mora: sostenibilidad y futuro enólogico
En un contexto de cambio climático y consumo responsable, el vino de mora ha sabido posicionarse como una alternativa de proximidad, ecológica y con una identidad marcada. Su participación en certámenes internacionales de vinos de frutas demuestra su potencial como producto exportable y de valor añadido.
Una bebida versátil y con personalidad
Además de servirse como vino, el vino de mora es protagonista en la coctelería nórdica, donde su intensidad aromática aporta sofisticación a mezclas originales. Su creciente demanda evidencia que los consumidores están abiertos a explorar sabores nuevos sin renunciar a la calidad.