
Desde su origen a comienzos del siglo XX, la Guía Michelin no solo transformó la manera de viajar en automóvil, sino que sentó las bases de un sistema de evaluación gastronómica que aún hoy inspira a chefs, críticos, academias y comensales de todo el mundo. Su influencia ha trascendido fronteras y se ha convertido en referente de calidad, excelencia y prestigio en la restauración global.
Origen de la Guía Michelín
En el año 1900, André Michelin, cofundador de la empresa francesa de neumáticos Michelin, creó una guía destinada a los 2400 automovilistas que existían en Francia en aquel entonces. Esta incluía direcciones de mecánicos, médicos, planos de algunas ciudades, estaciones de servicio y hoteles y restaurantes recomendados.
No fue hasta 1920 cuando se agregan los restaurantes, seleccionados sobre la base de su calidad, y basado en el criterio de inspectores anónimos. En el 1926 el símbolo de las “estrellas” se comienza a utilizar, y en 1931 se amplía su uso en clasificación gastronómica de 1, 2 y 3, para designar los mejores templos de la buena mesa.
Auge de otras guías gastronómicas
Desde entonces, muchas otras guías gastronómicas han tratado de replicar este modelo, desde la Guía Repsol, hasta Zagat, TripAdvisor, The World’s 50 Best Restaurants, y muchas más. Cada una con sus propios métodos de evaluación, ha contribuido a generar una sana competencia que ha elevado los estándares de calidad en la restauración.
Programas de televisión como los reality showcooking, redes sociales y plataformas digitales han potenciado el interés general por la gastronomía, convirtiendo a los chefs en figuras mediáticas y a los restaurantes en destinos turísticos por derecho propio.
La labor de las academias de gastronomía
Las Academias de gastronomía representan un elemento de mucho valor y estímulo para el desarrollo de la gastronomía mundial, basado en la visión compartida, el criterio e integridad de sus académicos, quienes enfocan sus energías en áreas pertinentes y activan sus círculos de influencias y recursos para promover las soluciones y apoyos necesarios. Siendo la gastronomía incluyente de un amplio espectro de actividades que van desde la producción que proviene principalmente de la tierra y del mar hasta su presentación en la mesa, el papel de las Academias es de interés nacional y, por ende, se conjugan esfuerzos, bajo acuerdos de colaboración, con los distintos ministerios y, sobre todo, bajo el amparo de la Presidencia del país.
La Academia Dominicana de Gastronomía está iniciando su proceso de calificación de restaurantes con el objetivo de levantar el listón de calidad en los establecimientos seleccionados que sean merecedores de las “E” de excelencia y las “S” de singularidad que estaremos otorgando. La calidad de los alimentos y bebidas, los menús y cartas de vinos, el servicio, el ambiente, el confort, la constancia, la facilidad de acceso y estacionamiento, entre otros, serán elementos a evaluar. Todo ello con el final feliz de que nuestra gastronomía logre su merecido reconocimiento, así como el éxito de toda la cadena de productos y servicios que suplen y apoyan esta maravillosa industria. Estamos convencidos que estimulando la sana competencia lograremos los resultados que exige la excelencia.
Una competencia que eleva a todos
Estas iniciativas no solo benefician al restaurante galardonado, sino que impactan de manera positiva en toda la cadena de valor: desde los productores hasta los servicios turísticos. Además, fomentan el orgullo por lo propio, impulsan el desarrollo local y posicionan a los países en el mapa gastronómico global.
La competencia, cuando es saludable y bien fundamentada, se convierte en un motor de crecimiento, innovación y excelencia. Así lo entendió Michelin hace más de un siglo, y así lo están aplicando hoy las academias y guías en todo el mundo.