La Provincia de Buenos Aires acaba de dar un paso tan necesario como emocionante: reunir en un recetario las 135 recetas que nacen en los comedores escolares de sus 135 municipios. Una iniciativa que no solo celebra la diversidad gastronómica bonaerense, sino que apunta directamente a lo que de verdad importa: que los niños coman mejor y más saludable en la escuela.
El gobernador Axel Kicillof presentó el Primer Recetario Bonaerense del Servicio Alimentario Escolar (SAE) en el Salón Dorado, acompañado por ministros y autoridades educativas. Pero más allá del protocolo, el acto tuvo un mensaje nítido: la alimentación escolar es una política que protege, cuida y genera oportunidades.
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Un recetario que nace de las escuelas
Las recetas que forman esta primera edición no vienen de una oficina técnica, sino de quienes cocinan todos los días para millones de alumnos. Auxiliares escolares, cocineras y equipos de comedor aportaron sus preparaciones, que luego fueron seleccionadas por la Dirección de Nutrición y Calidad de los Alimentos.
El resultado es un recetario práctico, nutritivo y representativo del territorio. Platos que incorporan más verduras, opciones equilibradas y sabores familiares para los chicos. En definitiva, una herramienta que facilita cocinar mejor sin perder la identidad local.
Alimentar bien es invertir en futuro
El SAE es el programa alimentario más grande del país, llega a 2,5 millones de estudiantes y funciona gracias al trabajo de casi 40.000 auxiliares. En un contexto económico duro, sostenerlo y mejorarlo es una prioridad.
El ministro Andrés Larroque recordó que el SAE se mantiene con una importante inversión provincial y que este recetario es la mejor prueba de que la política pública se construye desde abajo:
“Nació del trabajo de nuestras cocineras y cocineros, no fue impuesto por nadie”
Comer mejor, aprender mejor
La jornada también celebró la entrega del carnet número 20.000 de Manipulación Segura de Alimentos, un avance clave para asegurar que cada preparación sea saludable y segura. Formación, nutrición y cuidado: tres pilares que hacen del comedor escolar un espacio que va mucho más allá de la comida.
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Para el ministro Javier Rodríguez, este recetario demuestra que la alimentación saludable debe empezar en la infancia, porque los hábitos se forman en esos años en los que todo se aprende rápido, incluso a comer mejor.
Al cerrar la presentación, Kicillof fue claro:
alimentar bien a los chicos es una obligación del Estado y una decisión que define futuro. Y este recetario es una forma sencilla, cotidiana y muy potente de hacerlo posible.
