
De los barrotes a la bandeja viral: en TikTok y YouTube Shorts, miles de usuarios recrean desde sus casas los platos que se preparan en las cárceles de Estados Unidos, México o España. Un fenómeno inesperado que mezcla curiosidad, morbo, creatividad culinaria y, en algunos casos, crítica social.
Las búsquedas se disparan: “¿Qué comen en la cárcel?”, “recetas de prisión TikTok”, “cómo se hace el prison burrito”.
El origen de la tendencia: del testimonio a la moda viral
El fenómeno comenzó con vídeos de exconvictos que contaban su experiencia entre rejas, incluyendo cómo improvisaban recetas con los limitados ingredientes disponibles en los comisariatos o tiendas internas. La crudeza de los relatos, unida a la estética precaria pero ingeniosa de los platos, llamó la atención de millones.
Plataformas como TikTok amplificaron este contenido. En lugar de desaparecer como simple curiosidad, el formato se convirtió en una auténtica moda. Ahora, incluso foodies y influencers reproducen estas recetas carcelarias, con hashtags como #prisonfood o #ramenburrito acumulando millones de visualizaciones.
Los platos más populares: burritos de Doritos, ramen remix y “spreads”
Algunas de las preparaciones que más se repiten en estos vídeos son:
Prison Burrito: una mezcla de Doritos triturados, ramen cocido, salchichas o carne enlatada, salsa picante y queso fundido, todo envuelto como una fajita improvisada.
The Spread: plato típico de las prisiones estadounidenses que mezcla fideos instantáneos, galletas saladas, queso procesado, embutidos y cualquier otro ingrediente accesible, cocido todo en bolsas de plástico.
Tamales carcelarios: preparados con tortillas molidas, agua caliente y manteca vegetal para formar una masa, que luego se rellena con carnes procesadas y se cuece con vapor improvisado.
Pizza de prisión: pan de molde aplastado y fusionado con snacks, kétchup como base, queso y toppings enlatados, fundido al calor del agua caliente o planchas caseras.
Lo impactante no es solo la mezcla de sabores, sino la técnica: muchas recetas se preparan en bolsas selladas, microondas o improvisando calor con agua hirviendo.
¿Creatividad gastronómica o aberración nutricional? Lo que opinan los chefs
La tendencia ha llegado también a oídos del mundo culinario profesional. Algunos chefs consideran que hay una lección que aprender:
“Hay una creatividad brutal en estas recetas. Partiendo de la escasez, logran platos que respetan técnicas básicas como hidratar, amalgamar, cocer o gratinar. Es un ejemplo extremo de cocina de supervivencia”, señala el chef Juan Aceituno, del restaurante Dama Juana, estrella Michelin en Jaén.
Otros, sin embargo, muestran preocupación por el enfoque:
“Romantizar la cocina carcelaria puede trivializar contextos muy duros. Además, son platos cargados de sodio, conservantes y ultraprocesados. Pueden ser interesantes desde lo cultural, pero no deben venderse como un estilo de vida”, advierte la nutricionista Clara Zamora.
Entre la antropología culinaria y el algoritmo
Más allá del sabor, estos vídeos enganchan por su carácter transgresor: es comida que surge de la necesidad, no del placer. Un tipo de cocina que rompe con el aura elitista de la gastronomía y conecta con narrativas reales de supervivencia.
En TikTok, esta narrativa se mezcla con la estética ASMR (objetivo principal no es la belleza o la perfección estética en sí misma, sino la inducción de una experiencia sensorial específica) de la preparación y con el storytelling dramático que envuelve cada receta.
El resultado: vídeos hipnóticos, baratos de producir y altamente virales.
Lo que comemos también es contenido
La tendencia nos lleva a preguntarnos: ¿estamos cocinando por placer, por salud, por necesidad o por likes? En la era de las redes sociales, todo cabe en una pantalla, incluso el menú de prisión.
La moda de los “prison meals” es, en parte, un espejo de nuestras contradicciones: buscamos novedad, autenticidad y emoción, aunque eso implique glorificar platos de origen carcelario cargados de conservantes y colorantes. La línea entre lo viral y lo valioso nunca ha sido tan delgada.