
Identitat Olive Oil nace con la idea de no querer competir con las cooperativas ni con grandes productores. Quieren hacer algo que esos modelos no pueden permitirse: poner la ciencia, la salud y el conocimiento al servicio de un aceite de oliva virgen extra con identidad.
Así nace el proyecto Identitat, fruto del trabajo desde 2016, en una fusión singular entre investigación metabolómica, genómica, epigenética y una pasión por la excelencia alimentaria.
El mejor alimento del mundo
Tras años dedicados al análisis celular y la investigación de enfermedades mediante biotecnología, los creadores de Identitat llegaron a una conclusión rotunda: el mejor alimento descrito por la ciencia, por seguridad y beneficios, es el aceite de oliva virgen extra. Aplica para niños, embarazadas, ancianos y enfermos: poblaciones excluidas de la mayoría de los estudios.
Su perfil lipídico, su contenido en polifenoles y su efecto en procesos inflamatorios y hormonales lo convierten en una joya nutricional.
Tecnología al servicio del sabor y la salud
Gracias al análisis de curvas de maduración y al control del punto óptimo de recolección, Identitat logra capturar el momento exacto en que la aceituna desarrolla su máximo potencial organoléptico y nutricional. El resultado es un aceite con menor rendimiento industrial (hasta un 50% menos), pero con mayor concentración de antioxidantes, una boca limpia, sin sensación grasienta, y una expresión gustativa que recuerda a alcachofa, frutos secos verdes o tomate verde, según la variedad.
Inspiración en el vino y respeto por el terroir
Como en el vino, la clave está en la recolección, la selección y la interpretación del terruño. Los aceites de Identitat no se elaboran para obtener litros, sino para transmitir el alma de un paisaje, de una variedad y de una cultura. Por eso, el proyecto defiende el monovarietal, como expresión pura de cada tipo de aceituna, y promueve un oleoturismo que, como ocurre en el Priorat con el vino, permita entender la diferencia entre un aceite comercial y uno pensado desde la excelencia.
Aceite como herramienta de salud pública
Identitat no pretende curar nada. Pero sí ofrecer un alimento funcional, cuya composición puede influir positivamente en patologías como la resistencia a la insulina, el colesterol alto, la inflamación o incluso como soporte durante tratamientos oncológicos. Todo ello sin renunciar al placer de lo sensorial. En palabras de sus creadores: “en la cocina mediterránea, si el aceite es bueno, no hace falta sal ni potenciadores artificiales del sabor”.
Un reto de mercado, una oportunidad para España
Aunque gran parte de la producción de Identitat se exporta, sus impulsores se lamentan: "nos gustaría venderlo aquí". La paradoja es clara: España, primer productor mundial de aceite de oliva, exporta calidad que a menudo es reetiquetada por terceros países como Italia. Para revertir esta situación, proponen reforzar el oleoturismo y la educación sensorial del consumidor. Porque solo si aprendemos a catar, valorar y distinguir, podremos defender con orgullo el verdadero potencial del aceite de oliva virgen extra.
Identitat no es un aceite: es una manera de entender el futuro del alimento más antiguo del Mediterráneo.