
En ciudades como Barcelona o París, donde la cultura del café se vive en cada esquina, el precio medio ronda los 2,5 euros, aunque no resulta extraño encontrar versiones más elevadas si provienen de un specialty coffee.
Sin embargo, en Zúrich, la ciudad más grande de Suiza y uno de los centros financieros más importantes del mundo, tomar una taza de café puede convertirse en un auténtico lujo diario.
¿Pagarías casi siete euros por un simple cappuccino?
¿Cuánto cuesta un café en Zúrich?
Según el informe "Mapping the World’s Prices 2025" del Deutsche Bank Research Institute, Zúrich lidera el ranking europeo con el café más caro servido en una zona céntrica: 6,77 dólares por un cappuccino.
Esto sitúa a la ciudad muy por delante de otras urbes reconocidas por su cultura cafetera como París, Roma o la cada vez más costosa Ámsterdam.
¿Por qué es tan caro el café en Suiza?
La cifra no es casual. Zúrich combina factores económicos y culturales que disparan los precios:
- Un alto nivel de vida y sueldos elevados
- Fuerte economía y poder adquisitivo per cápita
- Cultura de consumo premium y calidad
- Fiscalidad específica y salarios dignos en hostelería
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Además, el estándar suizo incluye desde el origen del grano hasta el trato a los trabajadores, lo que convierte incluso al café más cotidiano en un producto exclusivo.
Comparativa: Zúrich frente a España
Mientras tanto, en ciudades como Madrid o Barcelona, la pausa para el café sigue siendo un placer asequible:
- Un cappuccino en el centro apenas supera los 2,50 €
- Una botella de vino de gama media se sitúa entre 6,90 y 8,10 dólares
- En Zúrich, una cena de tres platos para dos en un restaurante medio supera los 145 dólares
El contraste es evidente, y revela cómo el coste de vida transforma los hábitos más simples en experiencias de lujo.
Zúrich: un lujo en cada sorbo de café
Zúrich no solo lidera el ranking del café más caro, también comparte el podio gastronómico con Ginebra y Nueva York en cuanto a precios de comidas. Todo, desde un espresso hasta una cena informal, se convierte en sinónimo de exclusividad.
En definitiva, más allá de las postales bohemias de París o de las terrazas soleadas de Barcelona, el café más caro de Europa se sirve en Zúrich. Un detalle que confirma que, en la capital financiera suiza, cada sorbo se paga, y se saborea, como un lujo.