Carlsberg ha diseñado una cerveza diminuta capaz de entrañar un mensaje tan contundente como el consumo responsable. Con esta filosofía la marca danesa ha lanzado al mercado la cerveza más pequeña del mundo.
Apenas 12 milímetros, con solo 0,005 centilitros de cerveza sin alcohol bastan para brindar según la premisa de sus creadores. El formato se inspira en el tamaño de un grano de arroz, aunque equipado como cualquier otra botella: color verde Carlsberg, etiqueta impecable y tapón metálico ¿El concepto? Indicar que con una gota es suficiente. No se trata de un producto para brindar, sino para pensar.
La nueva reina del minimalismo ha sido desarrollada en conjunto con el instituto sueco RISE, la empresa de vidrio Glaskomponent y la miniaturista Åsa Strand, quien cargó el reto de reproducir cada detalle a una escala que ni los duendes hubieran firmado. Para llenar el botellín fue preciso emplear fibra óptica. Lo que podría decirse precisión quirúrgica en toda regla.
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El gran mensaje de la cerveza más pequeña del mundo
Sobre la intención del producto, Casper Danielsson, director de comunicaciones de Carlsberg Suecia, lo deja claro: esta botella no busca reemplazar la cerveza de fin de semana, sino funcionar como un recordatorio de que la moderación también tiene su encanto y que hay que saber cuándo frenar . Es un gesto simbólico, incluso poético.
Pero, habrá que ir buscando nuevos instrumentos para mirarla y beberla, porque al parecer la marca quiere atreverse con una versión aún más pequeña. De hecho, ha lanzado un concurso junto a Tekniska Högskolan Studentkår (el sindicato de estudiantes de KTH) para crearla en homenaje a los 150 años de fundada.