

En Francia existe un maratón donde nadie mira el cronómetro, sino la copa. Se llama Marathon du Médoc y recorre 42 kilómetros entre los viñedos de Burdeos con un programa tan inusual como irresistible: 23 paradas de vino, queso, ostras y carne a la parrilla.
Cada septiembre, más de 8.000 corredores de todo el mundo llegan a Pauillac, en el corazón del Médoc, para participar en esta fiesta del deporte y la gastronomía. Aquí los runners comparten circuito con los mejores châteaux de la región, y las zapatillas se mezclan con copas de tinto, risas y disfraces.
El maratón más divertido (y sabroso) del mundo
A diferencia de otras pruebas del calendario internacional, el Marathon du Médoc no busca marcas personales. Es una celebración que une running, vino y cultura francesa. El recorrido atraviesa más de 50 bodegas históricas y permite disfrutar de degustaciones de ostras en el kilómetro 38, entrecôte a la brasa en el 39 y mesas repletas de queso, uvas y helado antes de cruzar la meta.
El ambiente es festivo, con música en directo, bandas locales y disfraces que cambian cada año. Se permite un tiempo máximo de 6 horas y 30 minutos, más que suficiente para saborear cada parada sin prisas. Algunos lo definen como “la carrera más larga del mundo”, no por sus 42,195 kilómetros, sino porque nadie quiere que se acabe.
Deporte, vino y turismo enológico
Nacido en 1985, el Marathon du Médoc se ha convertido en una referencia internacional dentro del turismo deportivo y el enoturismo. Muchos corredores lo consideran una “peregrinación gourmet”, una experiencia que combina entrenamiento, placer y hospitalidad francesa.
En cada edición, el evento atrae tanto a atletas profesionales como a amantes del vino que buscan vivir un maratón diferente, lleno de sabor y paisaje. Las inscripciones se agotan en horas y el tema anual —desde los disfraces hasta la música— refuerza su espíritu lúdico y hedonista.
Así, Médoc demuestra que el running también puede oler a vino y sonar a jazz. Porque en esta carrera, el verdadero trofeo no es una medalla: es brindar al cruzar la meta, copa en alto, por haber corrido con los cinco sentidos.