

La Guía Michelin cocina una nueva clasificación dedicada al universo vinícola. La compañía francesa, célebre por sus icónicas estrellas gastronómicas, ha decidido crear su propio sistema de puntuación para vinos, con el que pretende ampliar su influencia en el sector gastronómico, hostelero y turístico global.
Aunque aún no revelan detalles sobre la metodología de evaluación que se empleará, ni fechas de estreno del catálogo todo apunta a un modelo propio y diferenciado del ya existente Wine Advocate, la revista especializada fundada por el crítico Robert Parker, de la cual Michelin es propietaria desde 2019.
Eso sí, su filosofía será evaluar tanto los vinos como las bodegas y experiencias enoturísticas en auge. Aunque aún no hay fecha oficial, la noticia confirma la ambición de Michelin de seguir consolidando su papel como el gran árbitro mundial del gusto. La idea es ofrecer una experiencia cada vez más completa, que incluye a Tablet Hotels, una plataforma de recomendación y reserva de hoteles boutique y de lujo.
Tras el establecimiento de las recientemente estrenadas “llaves” para hoteles,la nueva iniciativa pretende superar en prestigio e influencia a la guía Parker, sin eliminarla.
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Una mirada a la guía Michelin
En los últimos veinte años, Michelin ha extendido su presencia a más de 70 países y ha apostado por la digitalización. Sus selecciones de restaurantes, hoteles y, próximamente, vinos, estarán disponibles a través de su plataforma digital. La expansión refuerza la estrategia de la compañía de posicionarse como un referente integral del arte de vivir, donde la gastronomía, la hospitalidad y ahora el vino comparten un mismo sello de excelencia.