
Frenessí se ha convertido en uno de los escenarios más singulares de la gastronomía colombiana: una sala que combina alta cocina con realidad virtual, mapping 360º, sonido envolvente y aromas diseñados, para transformar una cena en un viaje sensorial. Su propuesta dialoga —de tú a tú— con referentes europeos como Sublimotion (Ibiza) y Sinestesia (Madrid).
Frenessí: una cápsula sensorial en el corazón de Bogotá
Frenessí se presenta como una cápsula inmersiva: una única mesa para 16 comensales y un menú degustación de 12 tiempos con maridajes a medida. La sala nace blanca y minimalista, pero se metamorfosea con mapping 360º, sonido, efectos de temperatura, vibración en mesa y secuencias de aromas que guían el ánimo del comensal. Además, la experiencia trabaja con herramientas de inteligencia artificial para ajustar música, iluminación o progresión olfativa según preferencias detectadas.
El resultado es un storytelling visual para el comensal: cada escena del menú se integra en un relato donde imagen, sonido y atmósfera enmarcan el plato. Sin destripar sorpresas, el guion gastronómico incluye guiños a ingredientes del territorio colombiano —cacaos de origen, frutas andinas y caribeñas, tubérculos y maíces— reinterpretados con técnicas contemporáneas.
¿Qué aporta al comensal esta experiencia?
- Sentir: cambios de temperatura y microvibraciones que transportan a distintos escenarios.
- Escuchar: una banda sonora envolvente sincronizada con cada pase.
- Ver: mesa y paredes convertidas en paisajes marinos, selvas o escenas fantásticas.
- Oler: acordes aromáticos diseñados para activar recuerdos y emociones.
- Participar: la comida deja de ser objeto para convertirse en experiencia vital.
El valor diferencial para quien se sienta a la mesa es la memoria sensorial duradera: no se recuerda un plato aislado, sino la suma de estímulos que lo rodean. A nivel práctico, la fórmula funciona con ticket individual en torno 180 USD, con reserva obligatoria por el aforo limitado.
Sublimotion y Sinestesia: referentes europeos de la inmersión culinaria
Para situar a Bogotá en el mapa global conviene mirar a dos pioneros. Sublimotion, ideado por Paco Roncero en Ibiza, se mueve en la franja del lujo extremo: 12 plazas por noche, alta cocina y una producción escénica total —proyecciones, realidad aumentada, performance y efectos sensoriales— que convirtió la cena en obra. Durante años, su precio marcó el techo de la experiencia gastronómica tecnológica.
Sinestesia, en Madrid, propone una poética distinta: la pregunta “¿a qué saben los colores?” vertebra un menú de ocho pasos servido en una sala audiovisual que se transforma con cada tonalidad. Con una mesa para 16 personas y dirección gastronómica de Kiko Moya (L’Escaleta), integra arte digital y cocina de alto nivel con una precisión coreográfica que le ha granjeado reconocimiento internacional.
Aunque distintas en enfoque, ambas experiencias comparten con Frenessí un objetivo común: emocionar, sorprender y dejar huella. La diferencia está en el tono: Sublimotion representa la ultra-alta gama del show gastronómico; Sinestesia explora el universo del color como eje narrativo; y Frenessí aporta una mirada latinoamericana que funde tecnología con identidad culinaria colombiana.
Un nuevo mapa para la alta cocina tecnológica
La consolidación de proyectos como Frenessí demuestra que la vanguardia culinaria ya no es patrimonio exclusivo de Europa o Asia. Colombia —con su diversidad bioclimática y un patrimonio culinario vibrante— integra productos y técnicas locales en un marco de inmersión tecnológica que atrae a foodies y viajeros culturales.
- Exclusividad: una sola mesa o aforos reducidos, reservas obligatorias y servicio coreografiado.
- Menú como narrativa: cada pase es un capítulo del guion sensorial.
- Tecnología integrada: mapping, VR, proyecciones, sonido envolvente, aromas y cambios ambientales.
- Objetivo emocional: no solo alimentar, sino emocionar y generar recuerdos indelebles.
En ese triángulo —Frenessí, Sublimotion, Sinestesia— Bogotá se posiciona como plaza relevante del dining 360º, capaz de atraer turismo gastronómico y de dialogar con las grandes capitales de la innovación culinaria. Para el comensal, la recompensa es clara: comer deja de ser un verbo solitario y se vuelve viajar, recordar, sentir.
¿Qué es un restaurante inmersivo?
Un formato de alta cocina que integra proyecciones, sonido envolvente, aromas y narrativa para convertir la cena en una experiencia multisensorial.
¿Cuánto cuesta cenar en Frenessí?
El ticket por persona suele situarse en torno a los 700.000 COP- unos 180 USD-. Es imprescindible reservar.
¿En qué se diferencia Frenessí de Sublimotion y Sinestesia?
Sublimotion encarna el lujo extremo y el espectáculo total; Sinestesia explora el mundo del color; Frenessí integra VR, IA y mapping con guiños a ingredientes colombianos.
¿Qué aporta esta experiencia al comensal?
Una memoria sensorial duradera: cada pase se vive como parte de un relato con música, proyecciones, aromas y texturas.
¿Es apto para turistas internacionales?
Sí. Por aforo limitado y demanda, conviene reservar con antelación y comunicar necesidades dietéticas.