Si bien el comer es una actividad que se realiza a diario, diciembre es la época que desde la antigüedad reúne más celebraciones, todas con una arraigada raíz en lo culinario, pues en este mes «celebramos comiendo y comemos para celebrar», como acotara un gran sociólogo, al referirse a este mes festivo-gastronómico.
Tablas de maridajes cibo-vino pululan en todas las revistas especializadas que abordan el tema. Carnes blancas con vinos blancos, carnes rojas con vinos tintos. Simple deducción ya obsoleta. Ese enfoque archiconocido, con variantes mínimas, se presenta también en casi todos los cursos de formación de sommelieres del mundo, pero en realidad es el punto de partida, no la realidad misma en un restaurante.
La industria del corcho ha puesto en marcha una campaña llamada I Love Natural Cork (me encanta el corcho natural) que invita a los consumidores a comprar más vino embotellado con tapones de corcho naturales.
El café es una bebida conocida, pues se posa en nuestras mesas diarias, es compañera de los «buenos días», fiel socia de las visitas y reuniones de negocios, aquella que levanta los ánimos luego de un buen almuerzo y que, para muchas personas, es la que cierra el día antes de acostarse.
La historia de la sommelería comenzó en el Viejo Mundo. La primera figura que tuvo que enfrentar la misión de servir vino fue el titulado en ese momento shagû.
Desde siempre los vinos se han consumido durante las comidas, y aunque el cómo combinarlos con los platos es un arte muy antiguo, es realmente en el siglo XX que el maridaje se convirtió en objeto de estudio.
El sabor del vino es mejor cuando se bebe en la copa apropiada. Esta afirmación por curiosa o exagerada que pueda ser ha sido demostrada en la práctica, en catas comparativas.
Carmenere para la costilla de cerdo a la cantonesa. Sauvignon Blanc para los bollos rellenos al vapor. Merlot o Pinot Noir para el pato a la pequinesa. Las alternativas suenan deliciosas y fueron especialmente elaboradas por expertos para potenciar la mezcla del vino chileno con la gastronomía más tradicional de China.
La longevidad y plenitud de los vinos son temas cruciales para la sommelería moderna. Color del vino y variedades de uvas, regiones y países, añadas, tiempo de crianza o no, rotación, precio de venta e incluso maridaje, influyen en toda la actividad, pues cada uno de estos elementos determinará un servicio específico.
Entre el vino y la comida debe existir un balance, ya sea por afinidad o por contraste, que logra un maridaje perfecto entre ambos, aunque a veces hay alimentos aprichosos que combinan sus sabores con muy pocos vinos.
Ser propietario de una colección de buenas botellas bien guardadas en una cava hogareña es uno de los anhelos más codiciados por los paladares entrenados en el mundo del vino. El sueño de la bodega propia es un capricho cada vez más común y también posible de concretar entre los aficionados a las bebidas espirituosas.
La gastronomía de uno de los países más diversos del orbe es hija de los cruces de las culturas negras, como las zulu y xhosa, y las tradiciones culinarias india, holandesa e inglesa, además de las sazones que aportaron inmigrantes alemanes y esclavos malayos.
Un estudio realizado por investigadores de California demostró que cuanto más cuestan los vinos, más disfruta la gente de ellos, sin importar cuál sea su sabor.
España. El sector del vino no está de buen año. Tras unas exportaciones al alza -hasta 17 millones de hectolitros en 2008-, las ventas en el exterior han comenzado a caer a consecuencia de la competencia de los vinos baratos de los países llamados emergentes.
Conocido desde la antigüedad como una forma de conservar las carnes por largo tiempo, el escabechado es una preparación que utiliza un ácido acético, en la mayoría de los casos el vinagre, para disminuir el pH medio un producto y así conservarlo. Hoy son también una nueva revelación gourmet que se va imponiendo en el mundo.
Los años de los vinos por copas anónimos y malos se acabaron. Antes el consumidor no estaba educado y por ende no exigía calidad ni variedad. La oferta ya no es de un vino de la casa. Es una variedad de vinos que se venden por copas según el menú del restaurante.





















