A Carlos Petrini le apasionan las cosas o no. Al menos es lo que nos deja saber cada vez que defiende el propósito vital que ha impulsado su quehacer en los últimos 30 años: una gastronomía "buena, limpia y justa". Y es que sobre esos pilares se basa el movimiento Slow Food, una idea nacida en la década de los 80.
Yo sostengo y pretendo que hemos de saber ingerir sabiamente; que solo el digesto de lo realmente bueno debe y merece formar parte de ese mundo utópico de la gastronomía seria y verdadera; lo otro, lo malo, inferior y efímero debe ser apartado, se hace necesario educar en la gastronomía e ir creando cánones culturales de excelencia certificada.
Millones de personas en el mundo veneran, actualmente, al Roquefort. Reyes como Carlos VI, Francisco I, Enrique II, Luís XIV y Luís XV tuvieron gran influencia en el desarrollo de este queso y proclamaron escritos para proteger su producción. De alguna manera, fueron pioneros, cada uno en su época, de una denominación de origen, favoreciendo a que este queso se considerara posteriormente como el queso de los reyes, y el rey de los quesos.
No basta con ofrecer productos de calidad, platos atractivos o una decoración impactante. El nuevo perfil de consumior demanda vivencias gastronómicas totalmente personalizadas, únicas y de vanguardia. Los comensales modernos, cada vez más familiarizados con la tecnología, demandan una experiencia rápida, fácil y gratificante en el restaurante, más allá de una buena comida.
Sébastien, que sigue los pasos de su padre Michel, ahora ya jubilado aunque ejerciendo en la actualidad labores mediáticas por el mundo, donde es reclamado en varios países para disertar conferencias y ponencias sobre las nuevas corrientes de la gastronomía de élite, es un lince en la cocina. Tiene una clarividencia de ideas en la cocina y alardea tener dotes para ejercer la diplomacia.
Ha muerto el Papa de la gastronomía francesa ¿Y ahora qué? ¿Cuándo se va celebrar el conclave para elegir a su sucesor? ¿Qué cardenal del purpurado restaurador francés se postula como su sucesor? ¿Cuándo oiremos el Habemus Papam? Dífícil, pero no imposible. Alain Ducasse, a pesar de su ya avanzada edad y a sus incontables proyectos ejecutados y en los que está metido de lleno, es uno de ellos.
Aquella impaciencia de algunos restauradores por ver si algún día tenían la gran suerte de que por la puerta de su restaurante entraba un inspector de la Guía Michelin (de una manera anónima o no tanto) ha ido disminuyendo bastante, hasta el punto que para muchos ha dejado de tener interés el proyecto de figurar en una futura edición de Michelin.
Bittor Arginzoniz aúna raíces y modernidad en su caserío vasco de Axpe para revolucionar el concepto de asador tradicional. Su manejo de las brasas y su filosofía de kilómetro cero de alta cocina de la parrilla han llevado al Etxebarri, su casa, a la cima culinaria.
Los maestros cocineros argentinos combinan a la perfección la técnica, historia y calidad de los productos locales, lo que ha valido a Buenos Aires la distinción de Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica en 2017.
Los restauradores ven en bloggers, influencers y foodies una ventaja para posicionar sus respectivos establecimientos.
El selecto club de chefs parisinos que más brillan está integrado por Guy Martin, de Le Grand Véfour; Alain Passard, de l’Arpège; Alain Ducasse, de Plaza Athénée, y Le Meurice; y Jöel Robuchon, de L’Atelier, entre otros.
Cuba con su autenticidad y orgullo por su cubanía y/o cubanidad ha encontrado caminos para seguir avanzando por medio del turismo, la cultura y con su cada vez más creciente oferta culinaria.
En las informaciones sobre el mundo de la alimentación y la gastronomía, tanto en medios especializados como en los generalistas, es frecuente encontrar extranjerismos innecesarios que tienen alternativas en español.
La restauración de China brilla más que el sol, con un chef que ha conquistado el firmamento de la gastronomía asiática. Da Dong se ha convertido en un referente de la restauración china desde la apertura en 1985 de su primer establecimiento restaurador.
En Can Mauri se puede disfrutar de una gastronomía tradicional catalana basada en el máximo respeto hacia el producto de proximidad y en la pasión por el trabajo bien hecho, que se materializa en creaciones de altísimo nivel.
Lo local –al comerlo- habla de su entorno, lo transmite a terceros a través del cocinero y su cocina, de su genius loci. Cuenta el ser de su tierra, cuáles son sus raíces y sus esencias, que van más allá, del souvenir y del mercadillo de los mercachifles.



























