
El verano en la Comunidad Valenciana se disfruta al ritmo de sus bebidas más tradicionales. Entre la horchata y la leche merengada para los niños y todos aquellos que gusten de dichos manjares, destacan combinados alcohólicos de fama internacional como el Agua de Valencia —a base de zumo de naranja y Cointreau, entre otros licores—, o la menos conocida barreja, la mezcla valenciana de anís y moscatel. Dentro de esta riqueza gastronómica, cada vez hay más propuestas que buscan mantener la tradición, pero adaptándola al calor y desestacionalizando las costumbres. Ese es el caso de Rubén Fenollar, chef e influencer valenciano, quien ha sorprendido con su innovador granizado de cremaet.
Un clásico del invierno, ahora perfecto para pasar el calor

El cremaet o carajillo quemado es uno de los cafés más típicos de la región. Se prepara con una base de almíbar de ron o coñac, limón y canela, coronada con una fina capa de café recién hecho. Su estética cautiva a cualquier valenciano, pues el contraste de colores y aromas lo convierte en un pequeño espectáculo en la mesa hecho a fuego y a mano y nada gusta más a los levantinos. Es por eso que, la tradición manda que se sirva caliente.
Algún osado se había atrevido a añadirle un hielo, al estilo del “café del tiempo”, pero esa licencia solía despertar miradas acusadoras en la mesa —y probablemente también en la partida de mus a la que suele acompañar este café.
Frente a esa ortodoxia característica, Fenollar, embajador de la cocina valenciana y galardonado con el Premio Gastronomía Ciudad de Valencia, decidió darle un giro refrescante: nació así el granizado de cremaet, un cóctel de café con sello valenciano.
Cómo preparar un granizado de cremaet
Para el granizado de café:
- Café
- Azúcar
- Limón
Conviene tenerlo listo en la nevera, porque cuando llega el antojo, la versión casera es imbatible, pero requiere de un tiempo extendido de preparación. Esta es sencilla: se elabora un almíbar con agua y azúcar, se mezcla con el café y se guarda en el congelador. Una vez congelado, se rompen las lascas de hielo con un tenedor o batidor para lograr un granizado ligero y suelto.
Para el licor quemado:
- Ron
- Azúcar
- Canela
- Limón
- Granos de café
El secreto está en flambear el ron con el resto de ingredientes. Con la ayuda de un soplete, una cuchara y un cazo, se remueve hasta que la llama se apague y el azúcar se disuelva, obteniendo un licor meloso y aromático. Lo ideal es dejarlo enfriar antes de añadirlo al granizado, para no derretir el hielo. Aunque, si prefieres una versión más templada y fluida, puedes verterlo directamente en el vaso.
El resultado es un homenaje a la tradición valenciana que refresca sin renunciar al ritual del fuego, convirtiendo al cremaet en la bebida perfecta también para los días más calurosos, más como un cóctel de sobremesa que como el café con el que terminar ese esmorzar tan típico.