
Ya en los escritos atribuidos a Hipócrates, el “padre de la medicina”, aparecen referencias a semillas aromáticas usadas para aliviar trastornos digestivos y respiratorios, entre ellas la kalonji o comino negro (Nigella sativa) , ampliamente empleada en Grecia, Egipto, Siria y Turquía. No es casualidad: esta pequeña semilla concentra un amplio abanico de compuestos bioactivos que la ciencia moderna ha empezado a estudiar con detalle.
El comino negro ha aparecido también en antiguos textos de Galeno y Dioscórides, quienes lo citaban como apoyo para la digestión, la respiración y el bienestar general. También se encontró en la tumba de Tutankamón, lo que subraya su importancia cultural y medicinal en distintas civilizaciones. Hoy, milenios después, sigue despertando interés científico.
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Una semilla pequeña, una composición poderosa
Las propiedades del comino negro se deben principalmente a moléculas como la timoquinona, el carvacrol, los ácidos grasos esenciales, flavonoides y antioxidantes naturales.
Principales beneficios del comino negro
1. Propiedades antiinflamatorias
3. Beneficios digestivos y carminativos. Desde la medicina griega y árabe se ha empleado para mejorar la digestión, reducir gases y aliviar molestias gastrointestinales. Estos efectos han sido respaldados por estudios que identifican actividad antimicrobiana y reguladora del tránsito intestinal.
4. Soporte para el sistema inmunitario. Investigaciones publicadas en Phytotherapy Research han sugerido que los extractos de Nigella sativa podrían modular la respuesta inmunitaria y mejorar ciertos marcadores vinculados a las defensas del organismo.
5. Ayuda en la salud respiratoria. En diversas tradiciones médicas, incluida la griega y posteriormente la árabe, el comino negro se utilizaba para aliviar congestión, tos y problemas respiratorios leves. Se sigue estudiando su broncodilatador y antihistamínico.
6. Propiedades antimicrobianas. El aceite de comino negro ha mostrado actividad frente a algunas bacterias y hongos en estudios de laboratorio, lo que explica su uso histórico para preservar alimentos o tratar pequeñas afecciones cutáneas.








