La fiebre por el picante va en el ADN de la generación Z

La fiebre por el picante va en el ADN de la generación Z
Los millennials y la Generación Z aman el picante y no es mera casualidad. Descubre por qué y el ranking de los alimentos que más desatan la sensación
Comida picante
Comida picante
gabriela sanchez
Sábado, Noviembre 22, 2025 - 10:00

Amar o no amar el picante puede ser más generacional de lo que creíamos. Siempre  atreverse con un plato que arde había sido una decisión más cultural y de subjetividad, pero los nuevos tiempos han desatado una furia más allá de lo habitual. Y, cuando se piensa, son los millennials y la Generación Z sus principales impulsores. 

Se ha tornado una suerte de gesto de identidad. Y no es casualidad que esta fiebre coincida con el auge de cocinas como la peruana, donde el ají es patrimonio cultural.

Pero, ¿a qué se debe la afición por el picante? 

Varios estudios apuntan a una asociación del picante con la autenticidad, clave para las nuevas generaciones. Mientras en otras épocas se veía como una extravagancia, los Z lo ven como un mapa: algo que cuenta de dónde viene un plato.

Pero más allá de la narrativa, hay otra verdad rotunda: buscan intensidad. No comen por hambre sino por emoción. El picante libera endorfinas, genera un pequeño subidón. Para una generación que vive entre estímulos constantes, ese “ardor” deviene una forma gastronómica de dopamina.

Asimismo, influye lo que podríamos llamar “orgullo picante”. Se dice que los Z presumen de tolerancia al fuego como quien presume de playlists eclécticas o viajes improvisados. De ahí que comer picante resulta también una declaración social y claro, un contenido publicable.

Luego, la salud le suma puntos. La capsaicina acelera el metabolismo, mejora la digestión y hasta puede jugar a favor de la longevidad según algunos estudios. En consecuencia, comer picante ya no es solo cuestión de valientes: es casi un estilo de vida biohacker.

Y como todo fuego necesita escalas, aquí va el ranking de menor a mayor picor según la escala Scoville:

  1. Pimiento morrón – 0
  2. Wasabi – ~1.000
  3. Ají panca – 1.000–1.500
  4. Piparra – 1.000–2.500
  5. Pimiento de Padrón – 500–10.000
  6. Jalapeño – 2.500–8.000
  7. Guindilla seca – 5.000–15.000
  8. Ají amarillo – 15.000–30.000
  9. Serrano – 10.000–23.000
  10. Ají limo – 30.000–50.000
  11. Cayena – 30.000–50.000
  12. Ají mochero – hasta 60.000
  13. Rocoto – 30.000–100.000
  14. Thai Bird’s Eye – 50.000–100.000
  15. Charapita – 100.000–250.000
  16. Rocoto manzano – 100.000–250.000
  17. Habanero – 100.000–350.000
  18. Bhut Jolokia – 800.000–1.000.000
  19. Carolina Reaper – 1.400.000–2.200.000

¿Moda o declaración generacional? Un poco de ambas.  Al final, el picante es exactamente lo que define a los millennials y Z buscan: algo que no pasa desapercibido.